22 ene 2008

El mundo (Eduardo Galeano)

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

- El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuego iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas.

Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que bonito post. Eso de ser un fueguito, me encanta. Es como una fabula pero los animales aquí son elementos, y nada más desriptivo, que el fueguito que no alumbra ni quema. Ese da pena.
Saludos.

Anónimo dijo...

Bonito cuento, me recuerda a algunos de los cuentos de Benín que aparecen en el libro titulado "Neré y Karité. Cuentos de la sabana", que publicó en 1999 José Ramón Carballada, de la sma.

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